Skip to main content
Revisado y aprobado por: Teresa de la Cerda - Departamento Médico

La mayoría de los individuos que padecen la gripe se recuperar en un corto periodo de tiempo (generalmente una semana), sin necesidad de tratamiento o cuidado hospitalario. Sin embargo, en ocasiones, la gripe puede complicarse y producir bronquitis o neumonía bacteriana, como complicaciones más frecuentes. Por lo general, la gripe comienza de manera súbita, aparece en aproximadamente 24 horas. Las personas que la han contraído suelen sentir algunos o todos estos síntomas:

Tos:

La tos seca, también conocida como tos irritativa, improductiva o nerviosa. No expectora ni elimina mucosidad, sino que sirve para diseminar los gérmenes, irritando cada vez más las vías respiratorias y provocando más tos y cansando a la persona.

Sin embargo, cuando una tos va acompañada de mucosidad se denomina tos productiva y provoca moco y flema. Es un mecanismo de defensa del sistema respiratorio para mantenerlo despejado de cuerpos extraños o exceso de moco; y un reflejo natural para mantener los bronquios limpios. Si este es el tipo de tos que tienes, es importante que no intentes evitar toser.

Dolor de garganta:

Al igual que en el caso del resfriado, puede acompañar a la gripe, aunque no es uno de los principales síntomas de este tipo de infección.

Fiebre:

Por lo general, alta (38-41ºC). Es un sistema de protección de nuestro organismo con el fin de hacer frente a una infección. Puede provocar también dolor de cabeza e ir acompañada de escalofríos.

Dolor de cabeza:

Muy intenso. Debido a la infección y/o fiebre.

Dolor muscular y lumbar:

Generalizado, como consecuencia del malestar causado por la infección del virus.

Estornudos, secreción nasal y lagrimeo:

Rara vez acompañan a la gripe, no son característicos de este tipo de infección.

En algunas ocasiones pueden aparecer también síntomas digestivos, como dolor abdominal, náuseas o diarrea.

Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más común en los niños que en los adultos.

Por lo general, una infección del tracto respiratorio superior como la gripe puede comenzar con un solo síntoma, como sensación de sequedad e irritación en la garganta, pero normalmente, tras el transcurso de un día, esta infección evoluciona, incluyendo otros signos de malestar.

Habitualmente los síntomas generales mejoran espontáneamente en las primeras 72 horas, mientras que los respiratorios pueden empeorar en esos tres primeros días, aunque para combatir y aliviar cada uno de ellos hay un tratamiento específico. Además, con reposo y cuidados personales en el hogar, una persona sana promedio puede esperar una mejoría en una semana, si bien los signos de la tos seca pueden durar algo más.

En cuanto a las personas que tienen un alto riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con la gripe o que tienen una enfermedad grave, existe una mayor probabilidad de que la influenza les provoque neumonía, bronquitis, infecciones sinusales y, en raras ocasiones, hospitalización o muerte. También puede empeorar problemas de salud crónicos como el asma y la insuficiencia cardíaca congestiva.

En caso de empeorar o que los síntomas persistan sin tratamiento más de 7-14 días, recomendamos consultar con su médico para evaluar la situación clínica.

Quizás también te interese conocer algunos tratamientos para la gripe que te ayudarán a aliviar las molestias.